Walas: «El rockero que rompió el molde»

Antes de presentar Ringo en el Teatro Gran Rex, el líder de Massacre bucea en las profundidades de su psiquis.

En el apartado «Teorías sobre el coleccionismo» de su último gran ensayo musical, Retromanía – La adicción del pop a su propio pasado, Simon Reynolds repasa brevemente algunas de las reflexiones históricas y literarias acerca de la compulsión acumulativa que define la personalidad del fetichista. Cita a Walter Benjamin, claro, y hace alusión a la indirecta presencia freudiana en el análisis de esta tendencia obsesiva, especialmente en el caso de Jean Baudrillard. Y sigue: «Otros ven el coleccionismo como un fútil desplazamiento del miedo a la mortalidad, una negación a gritos de la verdad de que uno no puede llevarse todo consigo». La necesidad de evitar enfrentarse a la inexorabilidad de la propia muerte es sin dudas una de las bases sobre las que se construye el depósito infinito de los elementos que decidamos atesorar: discos, libros, frascos, ositos de peluche o bolsas de cartón.

Que el melómano canalice su pasión a través de la pesquisa enferma de ediciones importadas y rarezas discográficas no es condición indefectible para el desarrollo de su entusiasmo, se sabe; pero es verdad que los casos son contados. La tendencia suele profundizarse abismalmente cuando el sujeto en cuestión se dedica a la música de manera profesional: la liberación de un monstruo colector con accesos privilegiados no sólo a los objetos sino a los propios creadores de los sonidos de su devoción intensifica y aumenta las posibilidades de acopio. Aunque la colección de Walas no se centra de manera exclusiva en lo musical (sus montañas están construidas también por «chatarras, antigüedades, skates, muñecos jodidos, payasos sombríos», según enumera), elevó el tare a otro nivel cuando empezó a ir a por las firmas de sus referentes internacionales para agregarle valor a sus discos y vinilos. «¿Para qué lo hago? ¿Qué es lo busco?», se pregunta durante la entrevista que constituye la segunda edición de Hot Tracks, el Show: la conciencia de finitud, el pánico a la inevitable contingencia, posibles respuestas que se adosan a una urgencia a ponerse del otro lado: «Quizás necesito ser fan», reflexiona.
Indagar en los terrenos pantanosos de su psiquis, una actividad casi natural para el líder de Massacre que este miércoles 12 de septiembre presenta Ringo, su último disco de estudio, en el Teatro Gran Rex. De este show especial (un despliegue acentuado en lo visual, centrado «en el estímulo más psíquico que físico»), de la ubicuidad de su banda en las grillas de los festivales nacionales, de su infancia y los Temerarios, la construcción de su personaje escénico y su imagen pública («el Beth Ditto nacional»), sus aventuras en el Parakultural, la noche en que conoció a su ídolo Iggy Pop («Tengo pensado escribir un libro» que compile las anécdotas del laburo como teloneros, confiesa) y mucho más habla uno de los personajes más paradigmáticos de nuestra música, «el rockero que rompió el molde». «Un beso, tomá».

Para escuchar la entrevista completa, pueden darle play al podcast (el «coso» ese de abajo) ahora o descargárselo y hacerlo dónde, cómo y cuándo quieran (prometemos trabajar en la erradicación de las risitas pelotudas). Hacemos HTS: Sebastián Grandi en la producción, Ale Di Ciocchis operando y Trautman en todo lo demás. Gracias a todos por el apoyo durante laprimera edición y por estar nuevamente ahí. El viernes seguimos con los temas de la semana.

 

Fuente: http://www.rocknoticias.com.ar